En un experimento llevado a cabo por estos científicos se pidió a un grupo de personas que cantaran la antigua canción Motown, se les grabó, y a continuación se les pidió que se escucharan su voz sin música de acompañamiento.
Podría parecer algo así como un castigo escuchar a la gente desafinando al cantar una canción, pero gracias a este experimento los científicos han encontrado que parte del cerebro es esencial para la vergüenza.
Un detalle significativo era que la mayoría de las personas participantes en este experimento tenían enfermedades neurodegenerativas, lo que ayudó a los científicos a identificar una zona del tamaño del dedo pulgar en el hemisferio derecho en la parte delantera del cerebro. Es la llamada corteza cingulada anterior pregenual, aquí se localizan las base neurológicas de la vergüenza.
Virginia Sturm becaria de la UCSF comenta:
El grado en que los participantes se avergonzaban al escucharse cantar My Girl de 1964, depende del funcionamiento de esa región en particularEn las personas sanas observarse a si mismos cantar provoca una considerablereacción de vergüenza.
La presión arterial sube Aumenta el ritmo cardíaco Se altera el ritmo de la respiración.Las personas que han sufrido daño neurológico en la corteza frontal media responden de forma más indiferente. Esta región cerebral predice esa conducta, cuanto más pequeña es esta región menos vergüenza siente la persona.
A los participantes se les hicieron resonancias magnéticas de gran precisión para analizar los volúmenes de las diferentes regiones del cerebro y examinar si los tamaños de estar regiones podrían predecir la vergüenza.
Los investigadores encontraron que en las personas que tenían enfermedad neurodegenerativa que afectaba a la corteza cingulada anterior pregenual la capacidad de sentir vergüenza era menor, donde existía un mayor deterioro de esa zona del cerebro la persona tenía menos vergüenza de su propio canto.
Al mismo grupo de personas se les dio un susto, como prueba de sus reacciones emocionales. Estaban todos sentados en silencio y de repente un sonido fuerte como un disparo se escuchó en la sala.
Las personas se sobresaltaron y tenían miedo, por tanto no es que no tengan reacciones emocionales, sino que algunos pacientes especialmente los que tienen lesiones en una determinada zona cerebral parecen perder emociones sociales más complejas, tal como la vergüenza. Emociones como la vergüenza parecen ser especialmente afectadas en enfermedades neurodegenerativas que afectan a los lóbulos frontales.
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