lunes, 27 de abril de 2015

NEW STUDY INDICATES THAT EXERCISE IMPROVES NON-ALCOHOLIC FATTY LIVER DISEASE

Non-alcoholic fatty liver disease (NAFLD) is the most common cause of chronic liver disease in the western world. A new study published in the Journal of Hepatology shows that exercise, regardless of frequency or intensity, benefits obese and overweight adults with NAFLD.
NAFLD is considered the hepatic manifestation of metabolic syndrome and is commonly associated with obesity and diabetes. There are no approved drug treatments for NAFLD, but lifestyle interventions such as diet, exercise, and the resulting weight loss have been shown to help improve NAFLD. In particular, these interventions can improve some features of non-alcoholic steatohepatitis (NASH), which is the progressive form of NAFLD.
Weight loss is the commonly recommended strategy for all obese and overweight patients with NAFLD. Both aerobic and resistance training-based exercise regimens reduce liver fat as well as visceral fat. However, the exact role of the amount and the intensity of aerobic exercise that would be needed to reverse or improve NAFLD (or NASH) had not been systematically assessed.
In the new study published in the Journal of Hepatology, investigators examined the effect of various aerobic exercise regimens in improving liver and visceral fat in overweight and obese people who had sedentary lifestyles. Using a randomized, placebo-controlled clinical trial (RCT) design, they randomized 48 participants into four equal groups of 12 people: low-to-moderate intensity, high-volume aerobic exercise (LO:HI); high-intensity, low-volume aerobic exercise (HI:LO); low-to-moderate intensity, low-volume aerobic exercise (LO:LO); and placebo (PLA) for an eight-week period. Change in liver fat was assessed by magnetic resonance spectroscopy (MRS).
All three groups, irrespective of the exercise regimen, showed improvement in liver fat of about 18-29% from the average baseline 7.5%, compared with the placebo group in which liver fat increased by an average of 14%. The improvement was independent of weight loss. There were no significant differences between the various aerobic exercise regimens in reducing liver fat over an eight-week period. However, the investigators conducted additional exploratory analyses and proposed that there was a trend towards greater reduction in liver fat and visceral fat in the two groups that utilized either high intensity with low volume (HI:LO) or low intensity with high volume (LO:HI) aerobic exercise.
“The results from our study show that all exercise doses, irrespective of volume or intensity, were efficacious in reducing liver fat and visceral fat by an amount that was clinically significant, in previously inactive, overweight, or obese adults compared with placebo. These changes were observed without clinically significant weight loss,” explained lead investigator Dr. Nathan Johnson, PhD, Senior Lecturer at the University of Sydney, Australia. “We found no difference between exercise regimens for these benefits,” added Jacob George, PhD, MBBS, Professor of Hepatic Medicine at the University of Sydney, Australia, and Head of the Department of Gastroenterology and Hepatology at Westmead Hospital and University of Sydney.
In an editorial in the same issue, Rohit Loomba, MD, MHSc, of the Division of Gastroenterology and Epidemiology at the University of California, San Diego, and Helena Cortez-Pinto, MD, PhD, of the Gastroenterology Service, Hospital de Santa Maria, Lisbon, Portugal, observed that “There is good quality evidence to support that regular exercise is beneficial in reducing the risk of NAFLD. In addition, both aerobic and resistance training regimens are equally effective in reducing liver fat in individuals with NAFLD even in the absence of weight loss.
They suggest that duration of exercise and intensity of exercise are both important and one could perhaps personalize the exercise regimen based upon a participant’s choice and still achieve similar results. “There are, however, no data to support that exercise alone without weight loss can improve or reverse NASH. There is preliminary evidence that vigorous exercise may be associated with a decreased risk of having NASH,” added Dr. Loomba and Dr. Cortez-Pinto. “The individual and joint effect of dose and intensity of exercise and their association with improvement in liver fat and other histologic features that are associated with NASH is a key research priority. In our expert opinion, a more stringent exercise-regimen than the U.S. Department of Health and Human Services recommends, coupled with dietary interventions, may be needed to induce improvement in liver histologic features associated with NASH.”
Tomado de:http://www.easl.eu/.  JOURNAL OF HEPATOLOGY - EASL APRIL 08,2015

14 comentarios:

  1. Es un estudio muy interesante, desde hace mucho tiempo se conoce claramente los múltiples beneficios que nos trae el ejercicio, la dieta balanceada y el estilo de vida activo, sin embargo, al mismo tiempo es impresionante la cantidad de personas, mayoritariamente en México, que somos incapaces de invertir cuando menos 30 min de ejercicio al día, como una simple caminata, la practica de un deporte o incluso el simple hecho de salir a jugar con los amigos.
    El ejercicio junto con la dieta son los pilares que sustentan la salud de un individuo y sin embargo son los que menos son tomados en cuenta no sólo por el paciente sino por el medico.
    Capta mi atención dentro del estudio, la manera en que se demostró que a pesar de tener un mayor rendimiento en el régimen de ejercicio los beneficios a nivel hepático resultan ser semejantes entre ellos, dejándome una inquietante duda :
    ¿ acaso la practica del ejercicio tendrá un limite en cuanto a tiempo y rendimiento en cuanto a los beneficios a la salud ? y si es así ¿ cómo sería posible verificarlo ?
    A conclusión, a pesar de las incógnitas expresadas, me parece que la practica de Cualquier ejercicio con alta o baja intensidad siempre tendrá como producto un beneficio para el individuo, y es , para mi punto de vista, uno de los principales tratamiento que deberían llevar todas las enfermedades crónicas, sin minimizarlo ni excluirlo .

    Hinojosa Murillo Luis Alberto

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  2. Cristian González González del Castillo27 de abril de 2015, 14:05

    Los resultados encontrados en este estudio arrojan varias conclusiones interesantes:

    1) En primer lugar, se refuta la idea errónea de que únicamente el ejercicio de baja intensidad y larga duración (o viceversa) es beneficioso para la salud, pues se encontró que en realidad no hubo diferencias respecto a la mejora en hepatopatía grasa no-alcohólica. Esto significa que, por lo menos al tratarse de hepatopatías, la gente no debería tener pretextos tales como la falta de tiempo o la incapacidad de asistir a gimnasios.

    2) Parece no haber mayor beneficio ya sea con ejercicio aeróbico o ejercicio de resistencia, pues ambos tipos de ejercicio mostraron mejoría. Esto significa que las personas pueden adecuar el tipo de ejercicio que más les guste (o tengan mayor facilidad de realizar) y aún así obtendrán buenos resultados en hepatopatía grasa no alcohólica.

    3) La tercera conclusión (y la más interesante en mi opinión), fue que los beneficios en cuanto a la hepatopatía grasa no alcohólica se obtuvieron independientemente de la pérdida de peso que tuvieron los sujetos en el ensayo clínico. Probablemente muchas personas con hepatopatía grasa alcohólica en manejo con ejercicio y dieta tomarían primero en cuenta su peso al no saber sobre este estudio. Por otro lado, el peso de una persona en manejo con ejercicio es una excelente manera de cuantificar los progresos y por lo tanto, debería fomentarse el control del peso de cualquier manera.
    Ciertamente el ejercicio es una parte esencial en el manejo adecuado de todo paciente con hepatopatía grasa no-alcohólica (y una infinidad de condiciones más); no obstante, el manejo añadido a un estricto control de la dieta y de la actividad física en el tratamiento de la esteatosis hepática no-alcohólica está aún por determinarse.

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  3. Es un estudio interesante por varios aspectos, aunque el concepto central creo que es bastante obvio y de esperarse. Cualquier persona sabe que el ejercicio es una actividad beneficiosa para casi cualquier estado de salud, se sabe con certeza que al hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio al día da como resultado una mejor calidad de vida, no solo física sino emocionalmente. Entonces no habría por que pensar lo contrario cuando se trata de un estado patológico del hígado, como el hígado graso no alcohólico; lo interesante en este caso seria conocer el mecanismo por el cual hay un beneficio bastante considerable con el ejercicio y esta patología. Otro punto de interés es la comparación que hacen con el tipo y la intensidad del ejercicio, una persona cualquiera pensaría que entre mas ejercicio se haga más beneficios va a encontrar; sin embargo, este estudio demuestra que la intensidad o incluso el tipo (aerobio o de resistencia) no tiene que ver con los resultados o mejorías que se observarán en el hígado graso. Son cuestiones que uno razona y se pregunta al instante: siendo el ejercicio algo tan sencillo, ameno y que no consume mucho tiempo y que además está demostrado que brinda grandes beneficios, entonces, ¿por qué nuestra población es altamente sedentaria? ¿Por qué las personas sabiendo esto no comienzan por ese paso tan sencillo? Todo se trata de la cultura, y de un daño que ellos no están sintiendo, por lo tanto no se preocupan. El medico tiene que hacer más énfasis en la promoción del deporte, aún más sabiendo este tipo de resultados que puede tener una persona con tan solo 30 minutos al día de actividad física.

    Carlos Bucio Ledesma

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  4. Eduardo Chávez Beltrán27 de abril de 2015, 20:15

    La prevalencia de la enfermedad hepática de causas no alcohólicas (hígado graso no alcohólico principalmente) ha ido en aumento en los últimos años y esto coincide con el pico de obesidad y diabetes que se ha presentado en México en los últimos 10-15 años. Con esta revelación y el artículo surge la siguiente duda: ¿por qué nadie le pone atención a esto?, ¿por qué las personas no ven con malos ojos que seamos líderes en obesidad y diabetes?
    La evidencia que se presenta en este texto pone de manifiesto que llevar un estilo de vida saludable (alimentación y ejercicio) puede prevenir el desarrollo de complicaciones y ocasionar regresión en pacientes con una enfermedad ya establecida como lo es NAFLD.
    Ahora está en el médico convencer a sus pacientes de hacer ejercicio (la intensidad y el tiempo que esté dentro sus posibilidades, mientras lo hagan) y en los pacientes (sobretodo aquéllos con NAFLD) darse cuenta de los beneficios que están perdiendo debido a la "ignorancia" o a la "flojera".

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  5. Erik Santiago Nuñez Mojica28 de abril de 2015, 15:57

    El articulo en lo personal deja un conocimiento muy bueno que debe ser aplicado por el medico, la actividad fisica mejora el estado de salud del individuo independientemente de la perdida de peso, en el articulo se habla del beneficio para NAFLD, sin embargo pienso que puede traer beneficios para DM o sindrome metabolico aunque no se baje de peso, el punto aqui es tener actividad fisica constante, muchas veces el paciente se desanima por no perder peso, incluso el mismo medico lo desanima al no haber llegado a un peso establecido, otro punto importante es el tipo de ejercicio, se puede hacer actividad fisica con una gran variedad de modalidades obteniendo el mismo beneficio, por lo que no hay pretexto para cuidar de nuestra salud y realizar el ejercicio que mas nos guste, y, como medicos, fomentar en la poblacion la actividad fisica para asi prevenir y mejorar la condicion de patologias como NAFLD y muchas otras, acompañado de una buena dieta.

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  6. La práctica diaria de ejercicio físico adecuado es un factor fundamental para mantener, mejorar y conservar la salud, ya que ayuda a prevenir múltiples enfermedades. El ejercicio es una necesidad básica. El cuerpo humano está hecho para ser usado, y con la falta de ejercicio se renuncia a la oportunidad de mejorar o conservar la salud. Lo anterior está más que demostrado en este ensayo clínico, al observarse la mejoría que presentaron los pacientes con hepatopatía grasa no alcohólica, independientemente del tipo de actividad física que realizaban y de la cantidad de peso perdido. Esto resulta sumamente importante, ya que permite a los pacientes practicar el ejercicio que más les convenga de acuerdo a sus capacidades y limitaciones, y aun así obtener los mismos beneficios demostrados en el estudio.

    Por otro lado, la actividad física regular en la vida diaria es una herramienta poderosa para la prevención de otras enfermedades como diabetes, hipertensión arterial, enfermedad coronaria y obesidad, por mencionar algunas. Es una labor del médico fomentar en todos sus pacientes la práctica de actividad física, acompañada de una adecuada alimentación, para de esta manera mejorar su estilo de vida, ya que son innumerables la cantidad de beneficios que trae a la salud la práctica de ejercicio.

    Liliana Irais Granados Luna

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  7. Situación tan cotidiana que ya llegamos a considerar como normal, pese a que se ha roto casi el esquema de ser obeso implicaba ser saludable, aún queda bastante para hacer en este rubro. Esto no es sino una muestra más de los beneficios que muestra el ejercicio en nuestra salud, en este caso, refiriéndose a la esteatosis grasa no alcohólica,una condición que no es tan diagnosticada por el desconocimiento del personal de salud acerca de los beneficios del ejercicio. Sigo considerando que nuestro papel más importante es la prevención primaria de éste y muchos padecimientos asociados con un control en algo tan sencillo, pero muy difícil a nivel cultural, el ejercicio, que este estudio y a fin de cuentas trae una aplicación clinica más concisa, por si es que no la teniamos ya presente, los beneficios de la actividad física y su correcta prescripción.

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  8. No es para sorprenderse el pensar que ejercitarse o ponerse a dieta puede ayudar en este tipo de condiciones. en general es el tipo de vida que todos deberíamos de llevar y si es asi es claramente por algo. El ejercicio como tal sin importar tiempo o intensidad es beneficioso y mas aun cuando si se liga a estas enfermedades del hígado. Creo que sin importar si hay enfermedad o no uno debe de ejercitarse asi como nos lavamos los dientes o nos bañamos, es algo que deberíamos hacer por que también es parte del bien estar de nuestro cuerpo.

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  9. Hoy en día sabemos y reconocemos que el ejercicio se utiliza como una herramienta terapéutica para muchas enfermedades crónico-degenerativas, y es casi una recomendación obligada en la consulta diaria. La mayoría de los propósitos del ejercicio es hacer que nuestro paciente disminuya su peso corporal, y esa es la idea que ellos tienen acerca del mismo, "Hacer ejercicio me hará bajar de peso". Gracias a esta evidencia nos podemos dar cuenta que el ejercicio no sólo es para disminuir el peso corporal de nuestros pacientes, sino que también influye y es benéfico en la evolución natural de muchas enfermedades, e incluso para mejorar la calidad de vida de los mismos. El contar con evidencia de este tipos, nos da la pauta a nosotros como médicos para seguir recomendando, y por supuesto, poner el ejemplo. Sirve de incentivo para nuestros pacientes, pues ahora no sólo el ejercicio les servirá para bajar de peso, sino para mejorar su estado de salud en una manera significativa.
    El recomendar de manera adecuada ejercicio tanto para enfermedades como NAFLD, como para otras enfermedades e inclusive para personas sanas nos puede reducir de manera extraordinaria los indices de enfermedades en un futuro, o por lo menos puede retardar la aparición di e complicaciones.
    No porque cualquier tipo de ejercicio pueda servirle a nuestro paciente, dejaremos de hacer una medicina individualizada, debemos de recordar que hay personas especializadas en ejercicio, que pueden ofrecer un mejor plan para nuestros pacientes y así la mejoría sea mucho mejor de la esperada.

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  10. Como seres humanos, nuestros estilos de vida han cambiado, pero no diría que han evolucionado, tal vez eso es lo que menos ha pasado. Surgimos como un individuo nómada, que cazaba y se movía constantemente; sin embargo, los pasos de la evolución nos llevaron a convertirnos en seres sedentarios, pero eso no implicaba caer en el sedentarismo en el que actualmente vivimos, que más que evolución es una forma sutil de morir. Si la medicina debe ser preventiva, uno de esos primeros pasos definitivamente es el ejercicio; aún más, el ejercicio no solo ha demostrado ser la prevención de enfermedades, tal vez también sea la cura para otras. Sin embargo, el problema es cómo nos desarrollamos; en primer lugar la mayoría de las personas crecemos en familias que no practican ni promueven el ejercicio; en segundo lugar, el tipo de sociedad de la que formamos parte se basa en el uso de tecnologías o redes sociales, que podrían consumir 30 h de nuestros días si hubiese tantas horas en él; o en la realización de empleos dentro de oficinas, despachos o cosas por el estilo; en tercer lugar, esta la determinación y voluntad personal, pues nadie nos puede obligar a practicar deporte ni tampoco se nos puede negar, es un derecho y decisión personas que depende y queda en nuestra conciencia. Si, la solución a muchos de nuestros problemas de salud está en la realización de ejercicio, este rubro es una gran inversión tanto personal como a nivel gubernamental; sin embargo, eso implicará hacer más cosas que un simple comercial en la televisión, lo cual de por si resultara irónico; probablemente implicaría hacer reformas en rubros diversos, implicaría desviar nuestros impuestos adecuadamente ( y no al bolsillo de los representantes gubernamentales) y, volviendo a insistir, implicaría educación, especialmente para saber en qué invertir nuestro tiempo productivamente.

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  11. Está bien demostrado que hacer ejercicio trae grandes beneficios a la salud, que a la fecha, no han podido ser superados por ningún fármaco o procedimiento. Podría pensarse que para obtener buenos resultados se debe seguir un régimen exhaustivo de ejercicio. Sin embargo, el cumplimiento por parte de paciente es difícil de lograr, pues probablemente nunca en su vida había realizado ningún tipo de ejercicio y, como la mayoría de los hábitos saludables, es complicado de adquirir. La buena noticia para muchas personas renuentes al ejercicio, es que el ejercicio es tan buena terapia que, como señala el estudio, cualquier intensidad o duración es eficaz en la reducción de grasa del hígado. Aún más sorprendente es que los beneficios se siguen observando si el paciente realiza ejercicio pero no consigue reducir su peso.
    Este tipo de información es alentadora pues, en un futuro, podremos recomendar al paciente una rutina de ejercicio que se adecue a sus necesidades y capacidades físicas. Obviamente, sería mucho mejor la reducción de peso para evitar otras complicaciones aunadas a este factor de riesgo. Pero que el paciente pueda obtener este beneficio, digamos sin tanto esfuerzo, se debe considerar un logro muy importante.

    Brenda Cortez Trejo

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  12. Este estudio me pareció muy interesante, ya que ya era bien sabido que el ejercicio y la dieta, son el pilar para disminuir el riesgo de padecer hígado graso y para mejorar su estado.
    Lo que mas me gustó fue la comparativa entre los tipos de ejercicio, ya que antes se creía que tenían que ser 150 minutos de ejercicio aerobico para tener dichos beneficios. Y ahora al saber que no hay gran diferencia entre el ejercicio aerobico y el de resistencia, se abren más puertas para aquellos pacientes que ponían de pretexto de no tener constancia por falta de condición o por falta de gusto al ejercicio aerobico.
    Creo que como personal de salud tenemos que pensar en las necesidades más frecuentes en nuestro medio y en que podemos hacer para mejorarlas.
    Está demostrado que no es lo mismo mandar al paciente a que haga "más ejercicio" SOLO, que el paciente que tiene una rutina con más pacientes con condiciones similares a él, en estos casos son más constantes y tienen menos posibilidad de abandonar un régimen. Por ello creo que sería una gran idea el probar programas especiales en los servicios de salud para acercar a los pacientes en general (poniendo mayor atención en los de mayor riesgo o con mayor beneficio para su enfermedad) al ejercicio. Con ello bajaría la incidencia de enfermedades asociadas al sobrepeso, obesidad e hipertrigliceridemia (Hígado graso, HTA, DM, etc.) y no sólo bajaría la incidencia, sino que mejoraría el manejo de ellas, ahorrando el presupuesto utilizado para suplir otras deficiencias.

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  13. Me parece que este estudio tiene un alto impacto en las personas con hígado graso no alcohólico. Enfatizando que esta patología tiene una alta prevalencia en personas con sobrepeso, es de considerable impacto saber que pueden mejorar su estado de salud sin bajar de peso propiamente.

    Claro que la adquisición de buenos hábitos conducen a una pérdida de peso. Pero en este caso, me parece crucial enfatizar el apego al tratamiento. Promover el ejercicio, explicando al paciente que la pérdida de peso será evidente al paso del tiempo, pero que tendrá una mejoría a corto plazo, favorecerá el apego al tratamiento y la generación de buenos hábitos que mejorarán el pronóstico del paciente.

    Estefanía Chávez Pérez

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  14. No se trata de nada nuevo el hecho de que mantener un estilo de vida no sedentario, llevar una dieta completa y suficiente es la piedra angular para tratar, mejorar el curso natural y prevenir algunas patologías, metabólicas principalmente. En la cualidad contamos con múltiples guías, manuales e incluso profesionales que se encargan del estudio de la actividad física que perfectamente pueden prescribir un plan adecuado para cada individuo según sus necesidades y posibilidades, él pero viene cuando se trata de llevar a cabo las cosas; es fácil decirle a las personas haga tal actividad por tanto tiempo y va a estar bien, pero lo que realmente se necesita es predicar con el ejemplo y mas que imponer un régimen de ejercicio crear una cultura de actividad física que asegure por ejemplo el empleo del ejercicio para la prevención de la EPNA y no como tx.

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