miércoles, 25 de abril de 2012

Presentan un test que diagnostica el grado de fibrosis hepática a partir de un análisis de sangre


Expertos en enfermedad hepática crónica se reúnen en Barcelona para conocer las ventajas de la prueba ELF (Enhanced Liver Fibrosis) frente a la biopsia.
    Siemens Healthcare ha desarrollado un test de diagnóstico in vitro, ELF (en inglés, Enhanced Liver Fibrosis), el cual, mediante un sencillo análisis de sangre permite conocer de manera precoz y no invasiva el grado de fibrosis de un hígado. “Se trata sin duda de un paso muy importante en la mejora del diagnóstico de esta enfermedad”, asegura el doctor Wladimiro Jiménez, jefe del Servicio de Bioquímica y Genética Molecular del Hospital Clínic de Barcelona.

     El Test ELF es el resultado de más de una década de investigación de los marcadores séricos de la fibrosis hepática, que destacan por su capacidad para ser estandarizados y automatizados. “De esta manera, los resultados pueden ser comparables entre diferentes laboratorios”, explica el doctor Jiménez. La prueba ELF ha obtenido la marca CE y ya está disponible en Europa.

    La principal ventaja del ELF es que, frente a las pruebas de marcador único, demuestra mayor potencial para detectar de manera precoz a los pacientes con fibrosis leve o moderada, que normalmente es asintomática. “Estos pacientes son los que tienen mayor probabilidad de que el tratamiento sea más efectivo y de que la enfermedad se estabilice e incluso retrograde”, afirma el doctor Miquel Navasa, jefe de Sección de Transplante Hepático del Clínic.
     Por otra parte, su facilidad de uso –basta un análisis de sangre- facilita, entre otras cosas, la priorización y la dirección apropiada de las terapias, algo decisivo, ya que, “dependiendo de la etiología del proceso que provoca la enfermedad, las intervenciones y los tratamientos son diferentes”, precisa el Dr. Navasa.

     Del mismo modo, la prueba permite realizar un seguimiento del paciente mucho más preciso. “Su metodología permite seguir la evolución del paciente de forma más constante, evitando cualquier tipo de complicación”, apunta el doctor Jiménez.
     Una vez que se somete al paciente a algún tratamiento, el médico necesita información valiosa para saber si la fibrosis evoluciona favorablemente o hay riesgo de progresión. En estos casos, no es recomendable ni seguro realizar más biopsias por los inconvenientes obvios que conlleva.


La patología hepática
     Las enfermedades hepáticas crónicas (EHC) son una causa importante de morbi-mortalidad en España y se sitúan entre las 10 primeras causas de muerte. El principal indicador de la enfermedad hepática crónica es la fibrosis hepática que, con el tiempo, puede derivar en cirrosis e incluso en cáncer de hígado. Hasta el momento, el estándar de detección y evaluación de la fibrosis ha sido la biopsia con aguja transabdominal del hígado, una prueba muy invasiva que conlleva riesgos y molestias para el paciente y que a menudo provoca errores de muestreo.
     Las compilaciones que pueden asociarse a la biopsia hepática han impulsado la búsqueda de métodos alternativos para evaluar la gravedad de la fibrosis hepática. En este sentido, la prueba ELF (en inglés, Enhanced Liver Fibrosis) representa el nacimiento de una nueva era en la detección de la enfermedad hepática ya que, a través de un simple análisis de sangre, permite identificar con exactitud a aquellos pacientes con enfermedad hepática lo que significa que, si se instaura el tratamiento adecuado, “existe una alta probabilidad de disminuir la mortalidad a largo plazo”, afirma el Dr. Navasa.
      Las ventajas de esta nueva prueba se constataron ayer en el workshop 'Diagnóstico no invasivo de la fibrosis hepática' organizado por Siemens y el Hospital Clínic de Barcelona en el marco del Congreso de la Asociación Europea del Estudio del Hígado que se celebra estos días en la ciudad condal. En el taller, liderado por los doctores Wladimiro Jiménez y Miquel Navasa, expertos en Hepatología abordarán los beneficios que aporta la prueba ELF tanto para el médico como para el paciente.

El diagnóstico integrado

     El Clínic es un centro de referencia mundial en la investigación y tratamiento de la cirrosis hepática. En el marco de colaboración que el Clinic estableció con Siemens Healthcare para la integración de técnicas de diagnóstico in vivo e in vitro, el centro trabaja en el desarrollo de este nuevo sistema integrado para detectar la enfermedad en las etapas presintomáticas. Junto a la prueba ELF, destaca la tecnología ARFI (en inglés, Acoustic Radiation Force Impulse) para ecógrafos de la familia ACUSON, gracias a la cual es posible diagnosticar la enfermedad hepática mediante una ecografía sin necesidad de realizar biopsia.
     La combinación de las tecnologías in-vivo e in-vitro en la detección, tratamiento y evolución de la EHC, es un ejemplo de que el diagnóstico integrado es una apuesta segura para optimizar resultados, disminuir costes y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Tomado de Jano.es

Entre un 30 y un 40% de los diagnósticos de cáncer de próstata son innecesarios


Según los expertos reunidos en el I Foro Integral de esta dolencia, el cribado selectivo ha conseguido disminuir la mortalidad por este tumor, aunque muchos pacientes están siendo sobretratados.

“Entre un 30 y un 40% de los diagnósticos de cáncer de próstata son innecesarios”. Así lo ha manifestado el doctor Bernardino Miñana, coordinador del Grupo de Uro Oncología de la Asociación Española de Urología (AEU), en el marco del I Foro integral sobre cáncer de próstata que durante hoy y mañana se celebra en Murcia, y al que acuden cerca de 300 expertos de toda España. Tal y como ha señalado el doctor Miñana, “uno de los retos que se nos plantean actualmente es evitar diagnósticos innecesarios en pacientes con bajo riesgo de desarrollar síntomas, con el objetivo de no comprometer su calidad de vida con tratamientos innecesarios.”
     El cáncer de próstata es un tumor con una incidencia similar al de mama en la mujer. Actualmente en España, según datos del Registro Nacional de Cáncer de Próstata de la AEU, se diagnostican más de 20.000 nuevos casos al año. Con el objetivo de debatir cuál es la situación actual de esta enfermedad, teniendo en cuenta que está directamente asociada a la edad y que se prevé que siga aumentando debido al progresivo envejecimiento de la población, por primera vez se reúnen en este encuentro científico los principales agentes (pacientes, autoridades y profesionales sanitarios, medios de comunicación e industria farmacéutica) involucrados en esta enfermedad.
     “Una reunión”, ha asegurado el doctor Humberto Villavicencio, presidente de la AEU, “que es clave en un momento como el actual, de crisis económica, que obliga a racionalizar recursos para mantener la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, lo que además va a afectar especialmente a una patología como el tumor de próstata, que constituye un verdadero problema de salud pública”.

PSA y tacto rectal
     Las dos pruebas que ponen al urólogo sobre la pista de un posible tumor prostático son la palpación de la próstata a través de tacto rectal y la determinación del antígeno prostático en sangre, prueba que consiste en un simple análisis de sangre y que es conocida como PSA. Según el doctor Villavicencio, “no cabe cuestionarse la validez del diagnóstico precoz con el PSA porque es innegable que ha cambiado totalmente el pronóstico del cáncer de próstata. Hace 20 años la mayor parte de estos tumores no podían curarse y en la actualidad es posible abordar con éxito la mayoría de ellos. De hecho, nueve de cada diez pacientes se diagnostican en un estadio susceptible de recibir un tratamiento con intención curativa”.
     Sin embargo, el consenso no es tal cuando lo que se plantea es si merece la pena someter a todos los hombres mayores de 50 años a estas pruebas, igual que se hace con las mamografías a las mujeres. La cuestión es si produce realmente un beneficio, dado que no son pocos los afectados que, por la naturaleza de su tumor, de progresión muy lenta, acaban falleciendo con el tumor y no a causa de él. “En estos casos”, explicó el doctor Miñana, “la opción es hacer un seguimiento activo sin hacer uso de la medicación. No obstante, el temor que produce la enfermedad hace que muchos urólogos y los propios pacientes prefieran abordarlo, lo que conlleva un consumo de recursos y una serie de comorbilidades asociadas al tratamiento que podrían evitarse”.
Evitar tratamientos innecesarios en pacientes con bajo riesgo

     La mayoría de los casos de cáncer de próstata se diagnostican en varones de 69-70 años. Para el doctor Miñana, “la tendencia actual de pedir un PSA a todos los varones mayores de 50, 60, 70 y 80 años, tanto por parte de los urólogos como por los médicos de atención primaria, ha generado que entre un 30-40% de los nuevos casos se detecten en pacientes con un riesgo muy bajo de fallecer a causa del tumor. Es decir, con un tumor muy localizado y de una evolución tan lenta que no hubiera merecido la pena detectarlo. El objetivo de cualquier programa de screening es diagnosticar cánceres que vayan a comprometer la vida del paciente, por lo que este 30-40% podría corresponder a pacientes sobrediagnosticados y, quizás, sobretratados”.

     En este grupo de pacientes, que además va en aumento debido al progresivo envejecimiento de la población, los expertos apuntan a que lo más razonable es no recomendar ningún tratamiento si la esperanza de vida es inferior a diez años. “La opción”, explicó el doctor Miñana, “es hacer un seguimiento activo. Es decir, realizar una biopsia periódicamente para ver si en algún momento se produce un cambio de tamaño en el tumor. Si el tumor no se manifiesta, se mantiene indolente, nuestra recomendación es no tratarlo, ya que el paciente probablemente fallezca a causa de otra enfermedad. Este tipo de vigilancia implica la realización de análisis y biopsias periódicas”.

     Otra opción es el tratamiento focal, que consiste en tratar exclusivamente la parte de la próstata enferma sin tener que extirpar toda la glándula. “La aplicación de estos tratamientos”, comentó este experto, “supondría un cambio radical en nuestra forma de diagnosticar y monitorizar el cáncer de próstata, ya que nos basaríamos en la imagen que nos proporciona la resonancia magnética. A estos pacientes habría que hacerles una resonancia multimagnética, que es la única que permite visualizar de alguna forma este tumor, ya que, por ser un cáncer multifocal, resulta complicado verlo con otro tipo de prueba. De esta forma, es posible no quitar la glándula entera y hacer un tratamiento con menos secuelas para el paciente. Evitas así la incontinencia y la disfunción eréctil asociadas a la cirugía radical”.

Tratamiento del cáncer de próstata
     Cuando la enfermedad está localizada, los médicos cuentan con dos opciones terapéuticas: la radioterapia y la cirugía (prostatectomía radical). La intervención quirúrgica permite extraer la glándula prostática y analizarla para determinar con exactitud en qué etapa de crecimiento se encuentra el tumor. Esta operación se puede realizar mediante una intervención tradicional abierta, por vía laparoscópica o asistida por robot, siendo la probabilidad de curación así como los efectos sobre la erección y la continencia similares mediante los tres tipos de cirugía. En el caso de la radioterapia, se puede administrar por vía externa (convencional) o implantando unas semillas radioactivas dentro de la próstata (braquiterapia). También existen otras opciones como la crioterapia y la HIFU (ultrasonidos) que aún es preciso contar más experiencia. “El tratamiento de estos tumores localizados dependerá siempre de la edad del paciente y la agresividad del propio tumor, de tal manera que cabe contemplar en casos muy seleccionados la abstención o demora terapéutica”, aclaró el doctor Miñana.

     La terapia hormonal actúa bloqueando la producción de hormonas masculinas que son las que estimulan el crecimiento del tumor. En estos casos, la indicación se limita a los casos en los que el tumor se encuentra ya diseminado (metástasis) o porque ha habido una recaída tras la cirugía. Asimismo ha demostrado ser útil como adyuvante a radioterapia en pacientes de alto riesgo. Desde hace pocos años, se dispone de quimioterapia que permite un ligero pero significativo incremento en la expectativa de vida de los pacientes con metástasis y que son resistentes al tratamiento hormonal.
     Por otra parte, aunque la cirugía asistida por robot mejora la precisión de la intervención quirúrgica, los costes que implican su implementación dificultan su expansión. “Lo cierto es que en un momento como el actual es importante evaluar el coste-eficacia de las nuevas tecnologías, ya que en muchas casas se empiezan a utilizar técnicas insuficientemente evaluadas y que poco aportan a la utilizada anteriormente. En esta reunión contamos con representantes de la administración sanitaria que precisamente abordarán la importancia de evaluar las nuevas tecnologías, ya que actualmente nuestro SNS no puede permitirse su aplicación a grane escala, como es el caso de la robótica, aunque es indiscutible que el futuro pasa por este tipo de cirugía”, subrayó el doctor Miñana.
Calidad de vida

     Otro de los temas que se debatirán en el I Foro Integral de cáncer de próstata es la calidad del paciente con cáncer de próstata. Los tratamientos locales (cirugía y radioterapia) pueden afectar en la función sexual, a la continencia urinaria y, en el caso de la radioterapia, también al aparato digestivo. Por su parte, las terapias sistémicas, como la quimioterapia, la inmunoterapia y las nuevas moléculas en investigación tampoco están exentas de efectos adversos. “La tendencia es a optar por tratamientos cada vez menos invasivos para el paciente. Por lo que otro de los contenidos que abordaremos será analizar el impacto real de todos los tratamientos y de que forma se pueden prevenir, minimizar o evitar los efectos secundarios”, concluyó este experto.
Cáncer de vejiga y riñón

      Otros de los tumores urológicos que se analizarán en este marco científico son el cáncer de vejiga, en el que España se encuentra entre los países europeos con mayor incidencia y que es uno de los tumores que más recursos sanitarios consume. Así como el de riñón, en el que han aparecido nuevas moléculas efectivas para el tratamiento en su etapa más avanzada.



Tomado de Jano.es

jueves, 19 de abril de 2012

Diabetes Prevention With Metformin Is Safe, Well-Tolerated


Long-term treatment with metformin is safe for preventing or delaying the development of type 2 diabetes, according to an article published in the April issue of Diabetes Care.
New data from the open-label Diabetes Prevention Program Outcomes Study (DPPOS) demonstrate that metformin is linked to "modest but durable weight loss" of 2% body weight over the course of 10 years, and appears to be safe and well tolerated.
The findings support the conclusions of the original 3-year DPP double-blind study showing that use of metformin (850 mg twice daily) encouraged stable weight loss. In both the metformin and placebo groups, weight loss was a strong predictor of diabetes prevention.
According to the Diabetes Prevention Program Research Group, the pattern of metformin-associated weight loss appears to differ from that observed with caloric restriction, in that adipose tissue is affected more than lean tissue mass. Metformin may also mimic the effects of exercise.
As previously reported by Medscape Medical News, metformin therapy may represent a more cost-effective alternative to lifestyle changes for preventing diabetes.
"We now know how to prevent type 2 diabetes and have the data to show that doing so is not only safe, it is cost-effective," said Vivian Fonseca, MD, president, medicine and science, American Diabetes Association, in a news release. "We should be taking much greater steps on a broad scale to reduce this serious health epidemic in our country.... I would encourage every American to estimate their own risk using simple tools (for example seediabetes.org/risktest) and then, if at risk, take simple measures to prevent the disease."
Metformin Linked to Modest but Durable Weight Loss Over the Course of 10 Years
In the DPP, overweight and obese participants with impaired glucose tolerance were randomly assigned to lifestyle intervention, metformin, or placebo. Results reported in 2002 indicated that metformin therapy resulted in a 31% reduction in the development of diabetes during an average 2.8 years of follow-up.
During the study, participants randomly assigned to receive metformin experienced a decrease in body weight and waist circumference relative to placebo (mean, 2.06% ± 5.65% vs 0.02% ± 5.52%, and 2.13 cm ± 7.06 cm vs 0.79 cm ± 6.54 cm, respectively; P < .001 for both).
Throughout the unblinded follow-up study that covered 10 years from the start, weight loss remained significantly greater in the metformin group relative to placebo (2.0% vs 0.2%; P < .001), and was directly associated with the degree of therapeutic compliance (P < .001).
Participants highly adherent to metformin therapy achieved a weight loss of 3.5% (3.1 kg, 6.8 pounds), whereas those in the low-adherence group experienced an initial weight loss followed by weight changes similar to placebo until 5 years, at which point weight increased.
The authors note that waist circumference increased after 2 years, with the exception of highly adherent participants for whom the increase occurred after the 5-year point. Because body weight did not increase, the authors deduced that central adiposity was increased by a redistribution of body fat.
"[M]etformin-induced weight loss is almost exclusively confined to reductions in adipose mass with little change in lean tissue," the authors write, emphasizing that the pattern is different than that observed with caloric restriction, which tends to induce loss of lean, as well as adipose, tissue.
The authors also note that metformin also has several effects on energy metabolism that parallel physical exercise, such as phosphorylation of AMP-activated protein kinase, which is an important regulator of mitochondrial biogenesis, hepatic and muscle fatty acid oxidation, glucose transport, insulin secretion, and lipogenesis.
"Collectively, the clinical data suggesting 'durable weight loss' combined with the proposed cellular effects on energy metabolism continue to support metformin as a viable strategy for widespread translational efforts in prevention," comments William T. Cefalu, MD, from the Pennington Biomedical Research Center at Louisiana State University in Baton Rouge, in an accompanying editorial.
Long-Term Use of Metformin Is Generally Safe and Well-Tolerated
During the DPP through year 4, metformin-treated participants reported study drug–related gastrointestinal symptoms more frequently than those receiving placebo (9.5% vs 1.1%; P < .001). Reports declined over time, and rates were similar between groups during years 6 through 9 (P > .10).
Nonserious hypoglycemia and anemia were uncommon, and occurred at similar rates in metformin and placebo participants during nearly 18,000 patient-years of follow-up (n = 7 vs 8 and 50 vs 38, respectively). Serious adverse events were rare: there were only 3 reports of anemia (metformin, 2; placebo, 1), and no reports of lactic acidosis or hypoglycemia.
During the DPP, average hemoglobin and hematocrit declined slightly during the first year among metformin-treated participants, but remained stable thereafter (13.6 mg/dL vs 13.8 mg/dL and 40.6% vs 41.1%; P < .001 for both).
Although the proportion of participants with low hemoglobin was similar between groups (11.2% vs 7.6%; P = .17), low hematocrit was more common among metformin-treated participants (12.6% vs 8.4%; P = .035).
The authors note that 12% of DPP participants chose not to continue into the follow-up study, potentially because of adverse events that may have influenced the safety and tolerability profile observed.
The study was funded by the National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases of the National Institutes of Health. Bristol-Myers Squibb and Parke-Davis provided additional funding and material support during the DPP. Lipha (Merck-Sante) provided medication, and LifeScan Inc donated materials, during the DPP and DPPOS. One coauthor reports receiving grants from Novo Nordisk, the Swedish Heart-Lung Foundation, the Swedish Diabetes Association, and the Swedish Research Council. The other authors and Dr. Cefalu have disclosed no relevant financial relationships.
Diabetes Care. 2012;35:663-665, 731-737

lunes, 16 de abril de 2012

New More-Sensitive Blood Test Catches Recurring Breast Cancer a Year Earlier

 A new blood test is twice as sensitive and can detect breast cancer recurrence a full year earlier than current blood tests, according to a scientist who reported at the 243rd National Meeting & Exposition of the American Chemical Society (ACS) in San Diego on March 29.

Daniel Raftery, Ph.D., who reported on the test, pointed out that breast cancer survivors -- 2.5 million in the U.S. alone -- face about a 1-in-5 chance that the cancer will come back, or recur, within 10 years of treatment. Research shows that early detection of these recurrences and treatment can save lives. However, currently available blood tests are not very sensitive. Perhaps the best known test for a biological "marker" protein, or "biomarker," called CA 27.29, misses many cases of recurrence and detects them late -- often after symptoms, such as difficulty breathing or bone pain, surface.
"We have identified a group of nine biomarkers that signal recurrence of breast cancer," Raftery said. "Our markers detect twice as many recurrences as the CA marker does at the same specificity. They also detect cancer recurrence earlier, about 11-12 months sooner than existing tests. They accomplish this with blood samples, rather than biopsies, with less discomfort to patients."
To find these markers, Raftery's team at Purdue University and Matrix-Bio, Inc., a company he founded, analyzed many hundreds of "metabolites" in the blood of breast cancer survivors. Metabolites are small molecules, biological byproducts formed as the body's cells go about the business of life. Some are released into the bloodstream and urine. The rapidly emerging scientific field called "metabolite profiling" seeks to understand how these metabolites relate to health and disease. Groups of metabolites already have been linked to a range of diseases. Many of Raftery's biomarkers were known to be involved in cancer. But no one knew that this group of metabolites could serve as biomarkers for breast cancer recurrence, he said.
The markers are detected with an instrument called a mass spectrometer, which is common in clinical laboratories. Raftery explained that these markers would be used in combination with results from CA 27.29 blood tests.
"We take both of those results together and roll them into the profile so that the score we generate is a combination of the CA value and our nine metabolites," he said. "If the score indicates that the cancer probably has returned, the patient would then likely undergo imaging tests to locate the tumor."
Raftery hopes that the new test will become available later this year. In the meantime, the researchers are conducting another clinical study with the test. He also said that, in the future, the test might be useful in the early detection of breast cancer, not just recurrences.
The scientists acknowledged partial funding from the National Institutes of Health

American Chemical Society (ACS). "New more-sensitive blood test catches recurring breast cancer a year earlier." ScienceDaily, 28 Mar. 2012. Web. 16 Apr. 2012.

sábado, 14 de abril de 2012

Antibiotics May Be Enough for Appendicitis


For uncomplicated appendicitis, using antibiotics first may preclude the need to remove the appendix and reduce complications, a meta-analysis suggested.
In a meta-analysis of four randomized trials, initial treatment with antibiotics prevented the need for appendectomy in 63% of patients, according to Dileep Lobo, DM, of Nottingham University Hospitals in England, and colleagues.
In addition, first-line antibiotic treatment was associated with a relative 31% lower risk of complications compared with appendectomy (18% versus 25%; RR 0.69, 95% CI 0.54 to 0.89), the researchers reported online inBMJ.
Based on the results, they said that "initial antibiotic treatment merits consideration as a primary treatment option for early uncomplicated appendicitis."
"Given the increase in nonperforated appendicitis diagnosed with more frequent use of computed tomography and laparoscopy, a careful 'wait, watch, and treat' policy may be adopted in those patients considered to have uncomplicated appendicitis or in whom the diagnosis is uncertain, as in these patients correct diagnosis rather than an early appendectomy is the key," they wrote.
They added that early appendectomy remains the gold standard for patients with clear signs of perforation or peritonitis.
For more than a century, appendectomy has been the go-to treatment for appendicitis based on the belief that the disease often progresses from uncomplicated appendicitis to perforation.
Only 20% of patients present with complicated disease, however, and the preferred use of appendectomy has been called into question by recent reports of less morbidity with an antibiotic-first approach.
To compare the two approaches, Lobo and colleagues performed a meta-analysis of four randomized controlled trials with a total of 900 adult patients with suspected uncomplicated acute appendicitis. Routine radiological confirmation of the diagnosis was not used in all of the studies.
The primary outcome was the rate of complications, which were defined as perforated or gangrenous appendicitis or peritonitis and wound infection (for patients who failed antibiotics and underwent surgery) in the antibiotic group and as perforated appendicitis or peritonitis and wound infection in the appendectomy group.
Initial use of antibiotics was associated with a significant reduction in complications, even after excluding the study that had a large number of patients who crossed over from the antibiotic group to the appendectomy group after randomization (12% versus 19%; RR 0.61, 95% CI 0.40 to 0.92).
Overall, 20% of the patients in the antibiotic group had an appendectomy after readmission to the hospital within one year, and of those, nine had perforated appendicitis and four had gangrenous disease. The overall risk of perforated or gangrenous appendicitis in the antibiotic group was 7.4%.
There were no differences between the two groups in treatment efficacy, length of stay, or the risk of developing complicated appendicitis.
In an accompanying editorial, Olaf Bakker, MD, of the University Medical Center Utrecht in the Netherlands, said that, at first glance, the findings appear to contradict the accepted dogma of prompt appendectomy.
He noted, however, that using antibiotics for initial treatment has some disadvantages, including the need for delayed appendectomy in some patients with persistent symptoms, the 20% chance of recurrence within the first year, which may be unacceptable, and the need to perform CT in all patients to rule out perforated appendicitis before starting antibiotics.
On the other hand, appendectomy also has drawbacks, including the need for general anesthesia and the risk of procedure-related complications like wound infection.
The researchers "are appropriately circumspect in concluding that conservative treatment merits consideration as a primary treatment option," Bakker wrote. "However, until more convincing studies and longer-term results are published, appendectomy will probably continue to be used for uncomplicated appendicitis."
Source reference:
Varadhan K, et al "Safety and efficacy of antibiotics compared with appendicectomy for treatment of uncomplicated acute appendicitis: a meta-analysis of randomized controlled trials" BMJ 2012; DOI: 10.1136/bmj.e2156.
Tomado de: medpagetoday.com . By Todd Neale, Senior Staff Writer .Published: April 05, 2012