Un estudio publicado en “The Lancet” muestra que la actividad física a niveles muy bajos reduce la mortalidad por cualquier causa en un 14%.
Las personas que practican ejercicio durante 15 minutos al día -o 92 minutos a la semana- incrementan su esperanza de vida en tres años en comparación con las personas inactivas, según un estudio publicado en The Lancet.
“El ejercicio a niveles muy bajos reduce la mortalidad por cualquier causa en un 14%”, afirma Xifeng Wu. uno de los autores principales del estudio, catedrático de la Universidad de Texas (Estados Unidos), para quien “los beneficios del ejercicio parecen ser significativos, sin llegar a la cantidad recomendada de 150 minutos por semana, basada en resultados de investigaciones previas”.
El equipo de otro de los autores principales, Chi-Pang Wen, profesor de Medicina de los Institutos Nacionales de Investigación en Salud de Taiwán , encontró que el riesgo de muerte por cualquier causa descendió en un 4% por cada 15 minutos más de ejercicio, llegando hasta los 100 minutos de ejercicio al día durante el estudio. Así, la actividad física durante 30 minutos diarios añade unos cuatro años en la esperanza de vida. “Estos beneficios son aplicables a todos los grupos de edad, de ambos sexos y a personas con riesgos de enfermedades cardiovasculares”, señalan los autores.
Según la investigación, si las personas sedentarias en Taiwán hicieran un poco ejercicio diario, una de cada seis muertes podría ser pospuesta. “Sería una reducción estimada de mortalidad similar a la de un programa de control del tabaco con éxito”, aseguran los autores.
En el estudio, que siguió a 416.175 taiwaneses entre 1996 y 2008 durante un promedio de ocho años, los participantes completaron un cuestionario sobre su historial médico y su estilo de vida, así como la actividad física que realizaron por semana durante el mes anterior, recogida por intensidad (baja, moderada o alta) y tiempo.
Asimismo, para tener en cuenta los efectos laborales, los participantes también caracterizaron la actividad física realizada en el entorno de trabajo, que va desde la actividad sedentaria al trabajo físico duro.
Los que realizaban menos de una hora a la semana de actividad física fueron clasificados como inactivos, el 54% de todos los participantes. Otros fueron clasificados en un nivel bajo, medio, alto o muy alto, sobre la base de la duración y la intensidad de su ejercicio. Los investigadores calcularon el riesgo de mortalidad y la esperanza de vida para cada grupo.
Los participantes con bajo volumen de ejercicio tenían menores tasas de mortalidad que las personas inactivas, independientemente de la edad, el riesgo de enfermedad de género, el estado de salud, el consumo de tabaco, consumo de alcohol o enfermedad cardiovascular.
Los investigadores señalan que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recomiendan por lo menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada por semana. Un tercio de los adultos estadounidenses cumplen con esa pauta, y alrededor del 20% de los adultos en China, Japón o Taiwán.
The Lancet 2011;doi:10.1016/S0140-6736(11)60749-6